sábado, marzo 21, 1992

Amar... Amor...

Amar, amor,
amar tus negros ojos
cuando al mirarlos, me dicen que me quieren
pero otras veces, estoy sufriendo tanto tanto
si al encontrarlos, están airados; cuánto.


Amar, amor,
amar tus tiernas manos
si con ternura infinita, despiertan mis encantos
y no quisiera yo, que un día no sé cuando
no me encontraran ya, si advierten su rechazo.


Amar, amor,
amar sin desencanto
sin que en el alma se albergara tanto llanto
cuando el silencio reemplazara el encanto
de esta ilusión que muere, sumida en el quebranto.


Amar, amor,
amar con tanto encanto
que aunque el dolor y la pena, turbaran nuestro pacto
no fuera tán difícil, ni tan amargo el quebranto
que en honor de este Amor; empezaramos de nuevo

y ¿hasta cuando?